jueves, agosto 23, 2007

Entrevista a Brenda Isabel López

Brenda es la directora de la Fundación Cultural Casa Mexicana, espacio que acogió a LaMutante durante el ciclón teórico y que la acogerá en el proximo evento a realizarse.
Creimos conveniente realizar esta entrevista pues a proposito de ciertos temas que se tocaron durante las charlas, en relación con los espacios y oportunidades con los que cuentan los artistas plásticos de la región, el caso de la Casa Mexicana es en cierta forma atípico en Bucaramanga y por lo tanto, a nuestros ojos, sobresaliente.

¿Cómo defines a la casa mexicana y cuales son sus objetivos?

La Fundación Cultural Casa Mexicana es una organización sin ánimo de lucro que tiene como finalidades: la difusión del arte y la cultura de México en Bucaramanga; el reforzamiento y el mantenimiento del vínculo de l@s mexican@s residentes en la ciudad con México y con cada una de sus ciudades y regiones de origen; y el fortalecimiento de las relaciones México-Colombia mediante el intercambio de procesos y productos culturales. Tenemos objetivos específicos para cada una de estas tres finalidades, pero creo que con esto pueden darse una idea de lo que perseguimos. Es una iniciativa civil que no recibe apoyo financiero de ninguna entidad gubernamental mexicana o colombiana.

¿Qué te lleva a ti, una persona extranjera sin una formación profesional en artes, a interesarte por el medio cultural de Bucaramanga? ¿Tenias otras experiencias de este tipo antes de trabajar desde la casa mexicana?

Hace diez años que vivo en Bucaramanga y desde que llegué a la ciudad me percaté del gran interés que hay por lo mexicano, pero también de que ese interés está dominado por una idea un tanto distorsionada o reducida de la cultura mexicana. Se asocia lo mexicano únicamente con el mariachi, con el tequila y con una serie de clichés. Viendo esto, empecé a elaborar la idea de crear un espacio como la Casa Mexicana para procurar que se conozca la evolución del arte en su concepción más integral, y de la cultura popular en general para superar esos clichés en la visión de la comunidad bumanguesa y permitir la comprensión de la cultura mexicana en toda su diversidad y complejidad.
No tengo formación académica en artes, pero soy socióloga y mi ejercicio profesional ha estado siempre en el ámbito de la educación; además mis preocupaciones éticas y pasionales me han llevado al estudio de los procesos culturales e identitarios desde mis años de estudiante de pregrado. Estas preocupaciones se incrementaron después de realizar una especialización en Estudios Avanzados de América Latina donde el tema cultural fue central; y más recientemente con mi doctorado sobre la Sociedad de la Información y el Conocimiento, donde he estado trabajando también sobre aspectos socioculturales. Estudié piano desde muy niña y fui maestra de música en educación preescolar en México; hice teatro, canté, escribí y participé en la vida cultural de mi ciudad, Mexicali, Baja California en mis tiempos de estudiante; soy hija de un melómano y cinéfilo; y por si fuera poco, desde mi educación secundaria tuve clara, gracias a mis excelentes maestros de educación artística, la trascendencia del arte en la conformación de las sociedades (y no hablo de arte como sinónimo de artes plásticas, error común en la ciudad y el país). Menciono esto porque mi formación académica, mi educación informal y mi experiencia en educación tienen todo qué ver con mi interés en el medio cultural bumangués; si revisan mis antecedentes biográficos podrán entender de dónde surge el interés por hacer lo que estoy haciendo, una tarea que yo concibo en buena medida, como pedagógica.
Antes de la Casa Mexicana, no había realizado actividades similares. He sido profesora e investigadora por 18 años.

¿Cómo ves el medio cultural en la ciudad y cómo crees que la casa mexicana ayuda a su desarrollo?

Desde que llegué a Bucaramanga empecé a quejarme por la aridez cultural de la ciudad. Acostumbrada como estaba a asistir con frecuencia a actividades de diversa índole, me pareció que había pocas cosas qué hacer o ninguna, incluso no existían sino un par de cafés escondidos que no eran suficientes para quien tenía en el café su segunda casa.
A diez años de distancia las cosas han mejorado sustancialmente en la ciudad: se incrementó el número de actividades culturales y de grupos con iniciativas y propuestas valiosas; además ahora tenemos cafés y sitios agradables donde sentarnos a hechar rollo. Todavía me sigo quejando desde el grupo de l@s espectador@s, igual que se queja el grupo de artistas, academic@s e intelectuales. Es verdad que, en la mayoría de los casos, las decisiones gubernamentales en materia educativa y cultural no son las más adecuadas y a quienes toman decisions en Bucaramanga les ha faltado visión, pero a la comunidad artística, académica, intelectual y a l@s espectador@s les ha faltado organizarse para presionar de una forma efectiva. La crítica hueca no conduce a nada, así que decidí desde hace un par de años que mi mejor
manera de aportarle a Bucaramanga era ponerme del otro lado y construir el espacio de la Casa Mexicana. Y las cosas se ven distintas desde este lado.
Pienso que la Casa Mexicana puede contribuir a ampliar la
visión tan parroquial, tan reducida que buena parte de la comunidad (todo mundo incluido) tiene. El mundo es más amplio que Bucaramanga y que México sin duda, pero yo solo puedo aportar lo que tengo y soy mexicana, tengo una formación que le debo a mi país y quiero compartirla. Lo mexicano es también un pretexto para la interacción cultural con lo colombiano, para la construcción de saberes, de visiones, de propuestas conjuntas.
Finalmente creo, sin temor a equivocarme, que la Casa Mexicana puede hacer una buena labor en la formación de públicos, tarea tan necesaria en la ciudad.

¿Por qué la casa mexicana apoya propuestas como el ciclón teórico si esta parece no caber dentro del interes de tu fundación por promover la cultura de México?

Apoyar a LaMutante en iniciativas como la del ciclón teórico le da sentido a una de las finalidades de la Fundación: el intercambio de procesos y productos culturales entre México y Colombia. Aunque en este caso no se puede hablar propiamente de intercambio, creo que abrir el espacio para que se lleven a cabo actividades como las charlas que conformaron el ciclón es acoger un proceso de desarrollo cultural que hace tiempo se viene gestando en Bucaramanga, del que LaMutante no es iniciadora pero sí una partícipe interesante.
Yo aspiro a que la comunidad artística y académica de la ciudad reconozca a la Casa Mexicana como un espacio que respeta la diversidad y que quiere ser parte de ese proceso de desarrollo que mencionaba arriba. Promover la cultura de México no me hace incapaz de valorar y disfrutar otras culturas, especialmente la colombiana, y yo parto de la concepción teórica de que es necesario reconocer la propia identidad cultural para poder apreciar en su justa dimensión otras identidades y los procesos y productos de otras culturas.
Entonces, la Casa Mexicana tiene una programación de actividades que van enfocadas a alcanzar sus objetivos, pero esto no implica que no se abra espacio para otras actividades que grupos como LaMutante propongan. No le estamos dando cabida a todo lo que aparezca, pero dentro de lo selectiv@s que hemos sido, hemos procurado abrir la visión hasta donde ha sido posible.


3 comentarios:

  1. Anónimo2:03 p.m.

    Hola Nicolás. Muy interesante todos los eventos que han programado hasta el momento, he estado al tanto de lo que se ha realizado en la galería, sin embargo peco por mi inasistencia, por cuestiones laborales y hasta de la universidad, de todos modo lo felicito por su ardua tarea.

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  2. Hola Rafa, gracias por los comentarios

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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